Como te decía en mi post anterior, cuidar los detalles y prestar atención a las cosas más sencillas de tu tienda es fundamental para que la imagen no se vaya deteriorando y no ofrecer una sensación de abandono. En este nuevo artículo te propongo un listado de lo que, para mí, es importante cuidar en la imagen interior de la tienda. Como en «Las pequeñas cosas del comercio que mejoran la imagen exterior«, son cosas que puedes hacer tú mismo y que no supondrán grandes desembolsos, sólo tiempo y dedicación.
Una vez dentro del establecimiento, deberías ofrecer a tu cliente una buena experiencia de compra que te ayude a fidelizarlo y aumentar las probabilidades para que vuelva. Por ello es recomendable, entre otras cosas, crear una atmósfera propia que te distinga, pero sobre todo es importante cuidar lo que ya tienes:
- Iluminación: controla que no de una sensación de «cueva» al entrar en tu tienda. Revisa a menudo las bombillas y cambia las que estén fundidas. Si eres constante, distribuirás el gasto de bombillas y evitarás que de repente un mes tengas que realizar un gasto enorme para cambiarlas todas.
- Temperatura: Este punto tiene más importancia de la que le damos. Mantén siempre una temperatura estable en tu local (entre 22 y 24ºC). Ten cuidado con la calefacción en invierno y el aire acondicionado en verano, los cambios bruscos de temperatura no suelen gustarnos. Además tu bolsillo te lo agradecerá cuando llegue la factura.
- Orden y limpieza: Es importante que todas las zonas de tu tienda se mantengan limpias y ordenadas, pero si hay que prestarle más atención a una zona en concreto es aquella por la que se mueve el cliente y aquellas que se ven desde dicha zona. Como por ejemplo el interior del mostrador que se ve cuando el cliente está pagando.
- Cartelería: Los carteles que informan de productos y servicios así como ofertas, promociones, y cualquier tipo de comunicación deben estar siempre perfectos.
- Etiquetas de precio: etiquetar cada producto con su precio suele ser una de las tareas más engorrosas de un comercio por eso debe ser un trabajo prácticamente diario revisar que todos los productos estén correctamente etiquetados.
- Música: La música dinamiza el comercio. No sólo determina, inconscientemente, el ritmo de compra de los clientes, además lo hace con el ritmo de trabajo del personal de la tienda. Elige un tipo de música acorde con tu producto/servicio y con el tipo de clientes al que te diriges.
- Aroma: Evidentemente es básico que un comercio no huela mal, pero si además buscas un olor específico relacionado con tu producto o servicio, es un plus que el cliente retiene en el subconsciente y que le recordará a ti cuando vuelva a percibir un olor parecido.
En definitiva, fijarse constantemente en tu negocio, revisar las diferentes zonas intentando verlas como si fuera la primera vez que entras, es una buena práctica que te ayuda a ver los pequeños detalles que se deben mejorar y ponerles solución lo antes posible para evitar agravar el problema.
