Me encanta tomarme un buen café y me gusta de muchas formas diferentes: sólo, cortado, con leche, con hielo, etc. Si a ti también te gusta, contesta a esta pregunta: «¿Cuántas veces, al tomarte tu cafecito, te apetece un vaso de agua al terminar?». Imagino que como me pasa a mí, prácticamente siempre. Pero… «¿Cuántos bares o restaurantes al ponerte el café lo acompañan con un pequeño vaso de agua bien fresquita sin que lo hayas pedido?». No se tú, pero yo no he encontrado muchos donde lo hagan, y cuando lo hacen, ¡me encanta!, tengo la sensación que ya me conocen aunque sea la primera vez que tome ahí un café y lo considero un detalle muy importante, ya que evita que tenga que pedirlo.
Todo esto viene, porque como dice el título de este artículo diferenciarte de tu competencia, cuidar y fidelizar a tus clientes no supone siempre grandes desembolsos o aplicar iniciativas muy complicadas. Sólo tienes que conocer a tus clientes, y eso es una de las grandes diferencias del pequeño comercio y sabes hacerlo de maravilla. Si conoces a tus clientes sabrás ofrecerles lo que realmente necesitan y podrás adelantarte a sus necesidades por lo que conseguirás que se sientan especiales, y eso es lo que va a fidelizarlos, vas a conseguir que vuelvan y además se convertirán en prescriptores de tu tienda por lo que hablarán bien de ti a sus familiares y amigos. ¿Qué mejor forma de conseguir publicidad?.
Volviendo al ejemplo del café, párate y piensa: «¿Cuántos de los clientes que beben café, piden un vaso de agua?». Si la respuesta es muchos o la mayoría, adelántate y sirve junto con el café ese pequeño detalle. Este ejercicio deberías hacerlo en tu pequeño comercio independientemente del sector al que te dediques. Piensa en el producto o servicio que vendes, fíjate en cada cliente, agrúpalos según características y comportamientos similares y piensa en el proceso de compra. Ahora crea un sencillo procedimiento para ofrecer y adelantarte a las soluciones que hayas establecido para todos los clientes que formen parte del grupo que hayas definido.
Otro ejemplo que puede ayudarte, y así me salgo un poco del ejemplo del café, es una costumbre que prácticamente se ha perdido, y que tenía lugar en las pescaderías de los mercados. Cada vez que acudías al mercado a comprar pescado fresco, el pescadero regalaba un «puñaito» o ramillete de perejil. Esto empezó a marcar las diferencias entre algunas pescaderías que atraían a los clientes por ese sencillo detalle.
Los detalles marcan la diferencia (no me cansaré de decirlo), y son los que normalmente pasamos por alto en nuestro día a día. Ya lo sabes, ahora te toca darle una vuelta y ver cual puede ser el vaso de agua o el perejil de tu negocio. Como te digo siempre, céntrate en una sola cosita y cuando la tengas perfeccionada añade otras nuevas, pasito a pasito es como mejor se avanza.
¿Cómo marcas la diferencia en tu tienda?¿Cuál es el vaso de agua de tu comercio?
2 comentarios
Brillante, como siempre Manu
😉
Gracias Jaume!!!!!